Antonio Balestra es el autor de la pintura del altar
principal de la iglesia de San Vincenzo en Vicenza.
“Virgen y Niño con los
santos Vicente y Lucas” de 1711. Este fue el más significativo de los pintores
del Véneto de ámbito clasicista y creador de una escuela de la que salieron
artistas de indudable mérito y personalidad. Nacido en Verona en 1666, Balestra
marchó a Venecia en 1687 para estudiar con Antonio Bellucci y entre 1690 y 1695
residió en Roma, donde entró en el taller de Carlo Maratti, cuya manera
ampulosa y clasicista sería la influencia decisiva en la formación de su estilo
atemperado, sin embargo, por la veta veneciana de atención por el colorido y riqueza
compositiva. Ganó en sus años romanos uno de los premios de la Academia de San
Lucas y viajó entonces a Nápoles y Bolonia, visitando Lombardía a su
regreso a Venecia, donde se estableció hasta 1718, año de su regreso definitivo
a Verona. Realizó, fundamentalmente, pintura de temática religiosa, decorando
altares de las iglesias de Venecia, de las ciudades de los alrededores y de su
propia ciudad natal. En pintura, Balestra era serio y reaccionario, como
muestra su disgusto mostrado en 1733 por la tendencia de los pintores modernos
de entonces a desviarse de los estándares consagrados de la pintura académica: “Todo el mal presente deriva del hábito pernicioso,
generalmente aceptado, de trabajar desde la imaginación sin haber aprendido
primero a buscar buenos modelos y a componer de acuerdo con buenas máximas. Ya
no se ven artistas jóvenes que estudian la antigüedad; por el contrario,
hemos llegado a un punto en el que se ridiculiza ese estudio como inútil y
desagradable”.