El busto relicario de un santo protomártir que comúnmente
se atribuye a San Vicente de Zaragoza, hecho de madera, policromada y dorada,
con dimensiones 77,5 x 28 x 40 cm, procede
de una colección privada granadina y pertenece a la Mathiessen Gallery de
Londres. Su autor sería Pablo de Rojas (Alcalá La Real 1549-1611 Granada) y
su obra recoge la práctica de la incorporación de las reliquias en imágenes.
Fue a raíz del Concilio de Trento, es decir, después de 1563, cuando el culto
de los santos y la veneración de sus reliquias se hizo activamente promulgada
por la Iglesia como un objetivo doctrinal, que en efecto estaba destinado a
actuar como un arma contra las influencias protestantes que barrían
Europa.
El presente trabajo es un buen ejemplo de la característica postura rígida
del estilo romanista típico de las obras de Pablo de Rojas. Tallado como
un busto, el santo está vestido con los ornamentos litúrgicos y con los brazos
ocultos debajo de una dalmática. El rostro del santo muestra una expresión
distante y una mirada penetrante frontal. El Relicario-escultura a menudo
carece de los atributos que permiten la identificación de un santo específico y
el nombre de su autor fue mencionado por Francisco Pacheco como maestro
del gran Martínez Montañés.