José Luzán realizó como boceto de la que
posteriormente plasmaría a mayor escala en el armario de las reliquias de la sacristía mayor de la Seo de Zaragoza una obra titulada “San Valero, San
Vicente Mártir, San Pedro Arbués y Santo Dominguito de Val en la Gloria”,
cuatro santos muy vinculados a la tradición aragonesa y pertenecientes a la religiosidad
popular. Realizada en 1757, se considera dentro de su periodo de mayor éxito y con gran influencia del rococó napolitano,
donde había adquirido técnica y conocimientos.
Esas influencias serán las que transmita a sus alumnos, entre los que se encuentran Francisco Bayeu, José Beratón, Antonio Martínez y Francisco de Goya. La influencia del barroco tardío italiano y de Sebastiano Conca, quien fuera maestro de Luzán, está presente en la posición de figuras o en la multitud de elementos que cubren casi toda la obra ('horror vacui'). Otros elementos que identifican esta influencia son la composición escalonada de los elementos y la perspectiva utilizada, desde una posición inferior lo que se conoce como 'soto in su'. También han destacado en este aspecto la voluminosidad de las figuras dibujadas en trazados limpios creando figuras blandas. Los cuatro santos están representados con elementos identificativos. Así, por ejemplo, al lado de San Vicente se plasma una rueda de molino y Santo Dominguito de Val, el mártir niño, se representa con la indumentaria de monaguillo que todavía utilizan los monaguillos de la Catedral zaragozana.
Esas influencias serán las que transmita a sus alumnos, entre los que se encuentran Francisco Bayeu, José Beratón, Antonio Martínez y Francisco de Goya. La influencia del barroco tardío italiano y de Sebastiano Conca, quien fuera maestro de Luzán, está presente en la posición de figuras o en la multitud de elementos que cubren casi toda la obra ('horror vacui'). Otros elementos que identifican esta influencia son la composición escalonada de los elementos y la perspectiva utilizada, desde una posición inferior lo que se conoce como 'soto in su'. También han destacado en este aspecto la voluminosidad de las figuras dibujadas en trazados limpios creando figuras blandas. Los cuatro santos están representados con elementos identificativos. Así, por ejemplo, al lado de San Vicente se plasma una rueda de molino y Santo Dominguito de Val, el mártir niño, se representa con la indumentaria de monaguillo que todavía utilizan los monaguillos de la Catedral zaragozana.