La iglesia de Nuestra Señora de los Milagros de Agreda, en Soria, fue construida con proporciones casi catedralicias, destacando las grandes dimensiones de su fachada o frontispicio, austero paramento carente de toda decoración y cuya severa monotonía pétrea sólo rompen en los lados dos robustos contrafuertes esquineros casi fortificados que cumplen la función adicional de torrecillas gemelas. En lo que a nosotros respecta, en el lado del Evangelio destaca el retablo gótico del siglo XVI de San Vicente con tablas pintadas de las escuelas aragonesa y castellana de carácter brillante y colorista que representan escenas de la vida de la Virgen y una imagen escultórica del santo en su hornacina central que porta la palma martirial y la rueda. En su predela aparecen otros personajes. Resulta muy curioso encontrar en su parte superior un nicho exento con la talla de un zapatero. Se trata de Juan Medrano, un morisco que, según cuenta la tradición popular, la propia Virgen de los Milagros convirtió al cristianismo durante la procesión del Corpus.