La Basílica de San Gaudenzio, patrono de Novara, fue reconstruida en el siglo XVI sobre los restos de la antigua Basílica que se encontraba fuera de las murallas de la ciudad y a la que se le agregó la cúpula antoneliana en 1840. En ella podemos admirar cincuenta y nueve estatuas que embellecen la Basílica y que fueron realizadas en los siglos XVII y XIX. De ellas cabe decir que se ordenan entre columnas laterales disponiendo un orden de nichos superpuestas, con estatuas en enyesado debidas a Prinetti, a Rusca y Argenti, representando Patriarcas, Profetas y Santos entre los que se encuentra San Vicente Mártir. En la misma iglesia se encuentran textos con breves notas sobre los altares, la cúpula, la torre y sobre la misma basílica. También en estas breves guías expuestas al público se hace mención de las estatuas diciendo: "…merecen atención las cincuenta y nueve grandes estatuas de enyesado que adornan las paredes; son de varios artistas entre los cuales destacan Rusca de Mendrisio, Giuseppe Argenti de Viggiù, Gaudenzio Prinetti de Novara".