La
antigua basílica de San Vicente de Metz es la iglesia abacial
medieval de la abadía de San Vicente, que fue construida en la
ciudad durante la época gótica. En 1356 el abad Baudoche presentó
una reliquia de santa Lucía al emperador Carlos IV del Sacro Imperio
Romano, que había llegado a Metz para publicar los términos de la
elección al trono imperial. El obispo de Metz consagró la basílica
veinte años después. El destino del edificio gótico cambió en
1752, cuando la gran torre central se quemó y se derrumbó con las
campanas sobre los dos primeras tramos de la nave gótica. Fue una
oportunidad para que los religiosos rehiciesen la fachada en un
estilo clásico cercano al de Saint Gervais de París. Allí vemos
dos esculturas de San Vicente y Santa Lucía con dos bajorrelieves
con martirios de ambos. El edificio fue desafectado del culto
católico desde la década de los años 1980.