La iglesia y el monasterio de Saint Germain des Pres (San
Germán de los Prados) se remontan, como la iglesia-catedral
de Notre Dame y la iglesia colegial de Saint Germain l’Auxerrois, a las épocas más ancianas
de la monarquía merovingia, es decir a la de Childeberto I. Este, en una expedición
contra los visigodos, trajo de España como trofeos de su victoria las reliquias
de la túnica y hueso de San Vicente desde Zaragoza, una cruz de oro y pedrería
conquistada en Toledo y unos vasos que pertenecieron a Salomón. Por consejo de
Saint Germain, Obispo de París, se construyeron una iglesia y monasterio para
guardar estas reliquias y, el mismo día de la muerte de Childeberto en el año
558, Saint Germain dedicaba la nueva iglesia bajo el título “de la
Santa Cruz y de San Vicente”, siendo allí
mismo inhumado cuando murió en el año 596.
A pesar de ello, los parisinos pronto llamaron a la iglesia “de Saint
Germain des Pres” por la gran influencia del santo y llegó a ser panteón de
reyes, princesas y reinas de la dinastía merovingia. Pero en los primeros años
del siglo XI los ataques normandos violaron y dispersaron estos sepulcros
confinándolos a las cuevas de la abadía de Sant Denís. Esta abadía estaba
rodeada por altas murallas a modo de verdadera fortificación y fueron
mantenidas en el año 1368 por orden de Carlos V para protegerse en su guerra
contra los ingleses y la atravesaba un pequeño canal que comunicaba con el río
Sena. En el siglo XVI el perímetro intramuros de esta abadía fue desmantelado y
las tierras que poseía se llenaron de construcciones privadas. Pese a ello, dos
de sus antiguas puertas, la de Santa Margarita y la de Saint Benoit, se
mantuvieron hasta el siglo XIX. Respecto al edificio decir que la planta de
este venerable santuario es de cruz latina aunque sus transeptos son
extremadamente cortos en relación con la longitud de la nave: 21 metros por 65 y 19 metros de alto. El
coro ha mantenido intacto el estilo del siglo XII con una galería con capiteles
que representan la más extraña variedad de cabezas humanas, de leones, de harpías,
de follajes y de pájaros. En su interior existe una capilla con la tumba de un
rey polaco y de una princesa de Escocia. En el transcurso de su última
restauración la iglesia entera fue pintada con distintos colores y no tiene ni
una sola de las viejas vidrieras que poseía. Por ello, al contrario que en
otras iglesias, sus ventanas son atravesadas por luces blancas e incoloras. En
el exterior la vieja iglesia se presenta con la entrada de un porche construido
en el siglo XVII y presidido por una gran torre que con sus arcos romanos
domina majestuosa esta zona de París. Anteriormente hubo otras dos torres que
fueron destruidas en el año 1822 bajo el reinado de Luís XVIII y que no fueron
reconstruidas por problemas de economía. Detrás del coro de la iglesia aparecía
el palacio de la Abadía
que fue construido en el año 1586 por el cardenal Bourbon y donde se puede admirar su
impresionante fachada. Hoy se halla ocupado por empresas privadas. El ala
occidental del claustro acogía la biblioteca de Saint Germain que era la más
considerable de París en aquel tiempo y cerca de él se elevaba la prisión de la
abadía como testigo de las masacres de septiembre de 1792 en la revolución
francesa. El mercado de Saint Germain reemplazó al célebre foro del mismo
nombre por un decreto imperial que se ejecutó en el año 1818. Este tenía forma
de cuadrilátero con un espacio central que ocupaba una fuente y que sirvió para
acoger espectáculos de comedia, ópera y de otras clases. Como hemos dicho, todo
este conjunto fue insigne protagonista del París histórico …