Ubicado en el cementerio de la moderna iglesia parroquial de San Jorge de Arroios de Lisboa, este cruceiro manuelino fue mandado erigir al comienzo del reinado del rey Juan III para conmemorar la beatificación de la reina Santa Isabel en 1517. La pieza fue situada originalmente en la vía de Arroyos. Este es un trabajo en piedra caliza, muy trabajada, apoyado en una base cilíndrica hexagonal, con el nudo encordado, y el eje del torso decorado con motivos vegetales. Destaca la integración de la representación escultórica de San Vicente Mártir, con una hoja de palma y la nave con los cuervos, símbolo de Lisboa. Sobre el capitel, decorado con máscaras y filetes, se encuentra la propia cruz, mostrando la cara principal de Cristo en la cruz y en la parte posterior a Nuestra Señora de la Misericordia. Las características de este crucero ya denotan influencias del gusto renacentista, marcada por el naturalismo escultórico impreso por el artista, probablemente de un taller lisboeta.