Encontramos a San Vicente Mártir, patrón de Huesca, en el retablo mayor de alabastro de su catedral. Obra de Damià Forment entre 1520-1532, su figura se muestra sentada, concentrado en la lectura, con vestidura de diacono y su habitual rueda de molino atada a sus pies. La potente figura, equilibrada y cargada de serena majestad, se cubre con un esplendido doselete gótico calado en la piedra y pone de manifiesto la destreza del maestro escultor Forment y su taller.