Uno de los autores barrocos más destacados del panorama aragonés en el siglo XVII es Antonio Bisquert, un pintor del que todavía se desconocen algunos datos elementales de su biografía. Hay que esperar a 1616 para dar con la primera constancia documental del artista, al ingresar este en el Colegio de Valencia como maestro independiente.
En su pintura se aprecia el influjo de diferentes estilos, como las corrientes naturalistas de la pintura valenciana -siendo Francisco Ribalta (1565- 1628) uno de sus máximos exponentes-, el realismo de Juan de Sariñena (1545-1619) y el realismo rafaelesco de Juan de Juanes (fallecido en 1579). En 1620, llega a Teruel, recibiendo su primer encargo para la iglesia parroquial de Manzanera (Teruel).
Aunque su obra se centra en Teruel, podemos encontrar importantes obras en otras ciudades aragonesas. En la década de 1630 podemos hablar de su esplendor artístico y personal. Por un lado, en 1631 se casa y tiene cuatro hijos a lo largo de toda la década. De forma paralela, recibe importantes encargos también en Huesca y en Zaragoza. Se trata del Ciclo de la Vida de San Lorenzo, de la sacristía de la basílica del santo oscense, tradicionalmente atribuida a Jusepe Martínez (1680-1682), pero actualmente reatribuida a Bisquert.
Por esas mismas fechas, recibió el segundo de sus grandes encargos: el Ciclo de la vida y martirio de San Vicente, compuesto por ocho grandes cuadros, seis de ellos conservados en la parroquia de San Gil Abad de Zaragoza, y dos de ellos en Alma Mater Museum. Estos dos últimos representan las Predicciones de San Vicente y San Vicente y San Valero ante el tribunal romano, datado sobre 1632. Ambos pueden verse en la sala IV del museo.