A principios de los años 1990, los propietarios de
las Bodegas Remelluri de la Rioja
encargaron una pintura de San Vicente a Vicente Ameztoy, un artista vasco nacido
en San Sebastián. Este comenzó con el plan de retratar al mártir pero su
trabajo se convirtió en un proyecto de siete años en que pintó varios santos de
los primeros siglos del cristianismo destinados a la antigua capilla de Santa Sabina que forma parte de la finca vinatera. Así,
representa a San Esteban, San Ginés, San Cristóbal, Santa Sabina y Santa Eulalia. El estilo de Vicente Ameztoy recuerda poderosamente al surrealista de René Magritte. Cada uno de los
trabajos de Remelluri incluye tanto características históricas como del mundo
moderno. Además, los rasgos faciales de los santos son tomados de la gente
cercana al artista. Por ello, San Vicente muestra los rasgos del mismo Vicente
Ameztoy, obra que sirve como retablo de la capilla y que incluye en su cuerpo una
puerta de dos batientes que puede ser abierta revelando a una Virgen y Niño.
Las pinturas de Remelluri fueron acabadas en el 2001. Trágicamente, fue la obra
póstuma de Vicente Ameztoy ya que murió
más tarde el mismo año a la edad de 46 años. Esta serie de pinturas es
considerada su obra maestra.