Esta es la tabla central de un retablo dedicado a San Vicente de finales del S.XV de 194 x 123 cm de dimensiones, que presenta un lenguaje tardogótico de transición hacia el Renacimiento, en este caso con una fuerte influencia del mundo flamenco y alemán. Es una pintura al temple sobre madera que la historiografía había atribuido al anónimo "Maestro de Javierre", llamado así por tratarse del autor del retablo de la iglesia de Javierre (Huesca). Ultimamente se ha propuesto como autor de la tabla de San Vicente al pintor Francesc Baget, llamado el “Maestro de Ager”, sin obra conocida, que fue discípulo de Juan de la Abadía el Viejo. Destacan en la obra los atributos de dalmática, palma martirial y rueda de molino propios de San Vicente. Pero sin duda nos llama la atención que esta obra representa interesantes instrumentos musicales de la época y los ángeles músicos que los portan le otorgan aún más valor. Se halla en el Museo Diocesano de Solsona desde el año 1929 con procedencia en la Iglesia parroquial de San José de Fondepou y con procedencia a su vez anterior de la iglesia parroquial de San Vicente de Ager.domingo, 26 de agosto de 2012
La tabla de San Vicente Mártir de Ager de Francesc Baget, conocido como el "Maestro de Ager".
Esta es la tabla central de un retablo dedicado a San Vicente de finales del S.XV de 194 x 123 cm de dimensiones, que presenta un lenguaje tardogótico de transición hacia el Renacimiento, en este caso con una fuerte influencia del mundo flamenco y alemán. Es una pintura al temple sobre madera que la historiografía había atribuido al anónimo "Maestro de Javierre", llamado así por tratarse del autor del retablo de la iglesia de Javierre (Huesca). Ultimamente se ha propuesto como autor de la tabla de San Vicente al pintor Francesc Baget, llamado el “Maestro de Ager”, sin obra conocida, que fue discípulo de Juan de la Abadía el Viejo. Destacan en la obra los atributos de dalmática, palma martirial y rueda de molino propios de San Vicente. Pero sin duda nos llama la atención que esta obra representa interesantes instrumentos musicales de la época y los ángeles músicos que los portan le otorgan aún más valor. Se halla en el Museo Diocesano de Solsona desde el año 1929 con procedencia en la Iglesia parroquial de San José de Fondepou y con procedencia a su vez anterior de la iglesia parroquial de San Vicente de Ager.sábado, 18 de agosto de 2012
El Retablo de la iglesia de San Vicente Mártir de Sada en Navarra.
Para adaptarse a la cabecera, el retablo adopta una plana trapezoidal que se traduce en banco, dos cuerpos de cinco calles y ático de tres. En las tres calles centrales del retablo aparecen distintas esculturas, pero en las laterales se han utilizado los relieves. Los relieves del banco narran escenas de San Francisco de Asís ya que se cree que este santo anduvo por estas tierras. En la primera escena Cristo le ordena que construya un templo, sigue el prendimiento de Cristo y la imagen de San Bartolomé. Los otros dos relieves que representaban la cruz a cuestas y las tentaciones de San Francisco fueron robados en el año 1980. El primer cuerpo lo inicia la escena del martirio de San Vicente, le siguen las tallas de San Francisco de Asís, San Roque y el prendimiento de San Vicente. En el segundo cuerpo aparece el martirio de San Lorenzo, la escultura de este santo, la de un curioso San Vicente sentado, la de San Esteban y finalmente el cuerpo de este santo después de ser martirizado. Ya en el ático aparecen Santa Ana, el Calvario y Santa Quiteria. El retablo conserva la policromía original y el sagrario de la época. Como signo plenamente tardomanierista unos niños se recuestan sobre los tres frontones triangulares del remate.
viernes, 10 de agosto de 2012
El Retablo de la iglesia de San Vicente Mártir de Olombrada en Segovia.

domingo, 5 de agosto de 2012
El bello retablo sin dorar de San Vicente en la Colegiata de Bolea de Huesca.

El bello retablo de San Vicente de la magnífica Colegiata de Santa María la Mayor de Bolea, en la provincia de Huesca, pertenece a la época barroca (siglos XVII-XVIII) y está tallado en madera de pino rojo autóctono, con columnas salomónicas y decoración vegetal y mitológica. Este no fue recubierto con pan de oro por lo que se aprecia mejor su magnífica factura y recargada decoración. Nos cuenta Ida Ferrero, guía de la Colegiata, que su autoría es anónima aunque se cree que pudo ser de unos artesanos granadinos en torno al año 1780. De sus cuatro hornacinas, la central inferior es ocupada por nuestro santo con la rueda de molino, a su derecha aparece San Esteban o San Orencio, hermano de San Lorenzo, con el libro, y a su izquierda el propio San Lorenzo con la parrilla. En el ático del retablo aparece San Bartolomé, que es el patrón de Bolea desde el año 1925. Además, tenemos otras huellas vicentinas en la Colegiata en su retablo de San Sebastián pues aparecen en su predela dos tablas que muestran escenas del martirio de San Vicente en el ecúleo y su presencia ante Daciano y también tenemos su imagen en la portalada.
jueves, 2 de agosto de 2012
El retablo de San Vicente Mártir de Sarriá, obra de Jaume Huguet.

La obra fue encargada hacia el año 1455 a Jaume Huguet pero, por razones desconocidas, puede ser por desavenencias entre el pintor y la parroquia, Huguet no completó nunca el retablo. Estas desavenencias se alargaron incluso después de la muerte del artista, de manera que el año 1492 su viuda, Joana Baruta, reclamaba la remuneración prometida por el trabajo hecho por su marido. La viuda murió sin que el conflicto con los feligreses de Sarrià se resolviese y fue la hija de ambos, Eulalia Huguet, quien continuó reclamando la deuda. Se llegó incluso a constituir un arbitraje neutral, pero la resolución no fue aceptada por la hija de Huguet. En este punto, ya a principio del siglo XVI, la parroquia de San Vicenç de Sarrià decidió contratar un segundo artista, conocido con el nombre de Maestro de Castelsardo, para completar las tablas inacabadas. Una vez finalizado, el retablo presidió el altar mayor de la iglesia hasta que en el siglo XVIII, con la construcción del actual templo, un altar barroco más de acuerdo con el gusto de la época sustituyó a la obra de Huguet que fue colocada en una capilla lateral. La obra se convirtió en una de las joyas de la pintura gótica catalana y su renombre hizo que en el año 1902 la Junta de Museos de Barcelona la seleccionase para una exposición de arte sacro. La pieza, sin embargo, ya no iba a volver a la parroquia y más tarde pasó a formar parte del fondo del Museo de Arte de Cataluña, hoy Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).
