domingo, 26 de agosto de 2012

La tabla de San Vicente Mártir de Ager de Francesc Baget, conocido como el "Maestro de Ager".

Esta es la tabla central de un retablo dedicado a San Vicente de finales del S.XV de 194 x 123 cm de dimensiones, que presenta un lenguaje tardogótico de transición hacia el Renacimiento, en este caso con una fuerte influencia del mundo flamenco y alemán. Es una pintura al temple sobre madera que la historiografía había atribuido al anónimo "Maestro de Javierre", llamado así por tratarse del autor del retablo de la iglesia de Javierre (Huesca). Ultimamente se ha propuesto como autor de la tabla de San Vicente al pintor Francesc Baget, llamado el “Maestro de Ager”, sin obra conocida, que fue discípulo de Juan de la Abadía el Viejo. Destacan en la obra los atributos de dalmática, palma martirial y rueda de molino propios de San Vicente. Pero sin duda nos llama la atención que esta obra representa interesantes instrumentos musicales de la época y los ángeles músicos que los portan le otorgan aún más valor. Se halla en el Museo Diocesano de Solsona desde el año 1929 con procedencia en la Iglesia parroquial de San José de Fondepou y con procedencia a su vez anterior de la iglesia parroquial de San Vicente de Ager.

sábado, 18 de agosto de 2012

El Retablo de la iglesia de San Vicente Mártir de Sada en Navarra.


El retablo mayor de la iglesia de Sada de Sangüesa tiene una traza y estructura romanista debidas al ensamblador Juan de Huici y al escultor Juan de Berroeta. Su fecha de realización data alrededor de 1630 pero su proceso de pintura y dorado se prolongó durante muchos años y ademán intervinieron en él muchos maestros. Como curiosidad hay que decir que Berroeta falleció sin haber cobrado su trabajo y su viuda tuvo que pedir dinero para atender los gastos de su funeral y no llegó a cobrar hasta trece años después tras discutir repetidamente con la parroquia.

Para adaptarse a la cabecera, el retablo adopta una plana trapezoidal que se traduce en banco, dos cuerpos de cinco calles y ático de tres. En las tres calles centrales del retablo aparecen distintas esculturas, pero en las laterales se han utilizado los relieves. Los relieves del banco narran escenas de San Francisco de Asís ya que se cree que este santo anduvo por estas tierras. En la primera escena Cristo le ordena que construya un templo, sigue el prendimiento de Cristo y la imagen de San Bartolomé. Los otros dos relieves que representaban la cruz a cuestas y las tentaciones de San Francisco fueron robados en el año 1980. El primer cuerpo lo inicia la escena del martirio de San Vicente, le siguen las tallas de San Francisco de Asís, San Roque y el prendimiento de San Vicente. En el segundo cuerpo aparece el martirio de San Lorenzo, la escultura de este santo, la de un curioso San Vicente sentado, la de San Esteban y finalmente el cuerpo de este santo después de ser martirizado. Ya en el ático aparecen Santa Ana, el Calvario y Santa Quiteria. El retablo conserva la policromía original y el sagrario de la época. Como signo plenamente tardomanierista unos niños se recuestan sobre los tres frontones triangulares del remate.

viernes, 10 de agosto de 2012

El Retablo de la iglesia de San Vicente Mártir de Olombrada en Segovia.


El actual retablo de la Iglesia de San Vicente Mártir de Olombrada cohesionó y adecentó el conjunto del altar mayor, siendo la estructura bastante similar al anterior que allí hubo. En el año 1781 llegó a Olombrada el actual retablo de la iglesia, realizado en Peñafiel por Pedro Bahamonde. El 22 de Diciembre de 1787 se pagó en mano a Angel Aguilera, maestro dorador de Segovia, la cantidad de 12.320 reales, importe del dorado del retablo mayor. Está compuesto de tres calles y cuatro pisos por los que discurren escenas de la vida del santo y se remata en su ático con una imagen del Padre Eterno. La imagen del santo se halla vacía en su parte trasera y se distancia de la iconografía general por su barba, su aspecto de avanzada edad y su dalmática blanca. Entre las escenas martiriales en la parte superior izquierda vemos al santo colgado de una polea cabeza abajo. En la parte derecha podemos apreciar las burlas y vejaciones de que es objeto ante el juez. Más abajo se le ve en la cárcel con el carcelero, que se convirtió al cristianismo. A la derecha, a esa misma altura, aparece muerto en un lecho de flores. En los dos cuadros inferiores le vemos quemándose en las parrillas y al cuervo ahuyentando a las fieras para que no devoren su cadáver. Completa el magnífico retablo, dedicado al Patrón, en su parte central superior, un momento de la predicación del Santo y, en el centro, una gran talla de San Vicente, vestido con dalmática, con un libro en la mano y el cuervo en el tronco de un árbol.

domingo, 5 de agosto de 2012

El bello retablo sin dorar de San Vicente en la Colegiata de Bolea de Huesca.


El bello retablo de San Vicente de la magnífica Colegiata de Santa María la Mayor de Bolea, en la provincia de Huesca, pertenece a la época barroca (siglos XVII-XVIII) y está tallado en madera de pino rojo autóctono, con columnas salomónicas y decoración vegetal y mitológica. Este no fue recubierto con pan de oro por lo que se aprecia mejor su magnífica factura y recargada decoración. Nos cuenta Ida Ferrero, guía de la Colegiata, que su autoría es anónima aunque se cree que pudo ser de unos artesanos granadinos en torno al año 1780. De sus cuatro hornacinas, la central inferior es ocupada por nuestro santo con la rueda de molino, a su derecha aparece San Esteban o San Orencio, hermano de San Lorenzo, con el libro, y a su izquierda el propio San Lorenzo con la parrilla. En el ático del retablo aparece San Bartolomé, que es el patrón de Bolea desde el año 1925. Además, tenemos otras huellas vicentinas en la Colegiata en su retablo de San Sebastián pues aparecen en su predela dos tablas que muestran escenas del martirio de San Vicente en el ecúleo y su presencia ante Daciano y también tenemos su imagen en la portalada.

jueves, 2 de agosto de 2012

El retablo de San Vicente Mártir de Sarriá, obra de Jaume Huguet.


El retablo de Sant Vicenç de Sarrià ha vivido una historia llena de peripecias a lo largo de los siglos. Originalmente constaba de doce tablas y una imagen central del santo patrón que se perdieron por causas indeterminadas, de manera que hoy sólo nos han llegado nueve; cinco de Jaume Huguet: Ordenación de San Vicente, San Vicente hace caer un ídolo, San Vicente en el ecúleo y detalle, San Vicente en la hoguera con su detalle y milagros póstumos, y tres más atribuidas al Maestro de Castelsardo; Flagelación , San Vicente en la parrilla y Muerte de San Vicente. La novena escena fue realizada por un pintor de una calidad inferior y representa a unos ángeles confortando a San Vicente.

La obra fue encargada hacia el año 1455 a Jaume Huguet pero, por razones desconocidas, puede ser por desavenencias entre el pintor y la parroquia, Huguet no completó nunca el retablo. Estas desavenencias se alargaron incluso después de la muerte del artista, de manera que el año 1492 su viuda, Joana Baruta, reclamaba la remuneración prometida por el trabajo hecho por su marido. La viuda murió sin que el conflicto con los feligreses de Sarrià se resolviese y fue la hija de ambos, Eulalia Huguet, quien continuó reclamando la deuda. Se llegó incluso a constituir un arbitraje neutral, pero la resolución no fue aceptada por la hija de Huguet. En este punto, ya a principio del siglo XVI, la parroquia de San Vicenç de Sarrià decidió contratar un segundo artista, conocido con el nombre de Maestro de Castelsardo, para completar las tablas inacabadas. Una vez finalizado, el retablo presidió el altar mayor de la iglesia hasta que en el siglo XVIII, con la construcción del actual templo, un altar barroco más de acuerdo con el gusto de la época sustituyó a la obra de Huguet que fue colocada en una capilla lateral. La obra se convirtió en una de las joyas de la pintura gótica catalana y su renombre hizo que en el año 1902 la Junta de Museos de Barcelona la seleccionase para una exposición de arte sacro. La pieza, sin embargo, ya no iba a volver a la parroquia y más tarde pasó a formar parte del fondo del Museo de Arte de Cataluña, hoy Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).