Para adaptarse a la cabecera, el retablo adopta una plana trapezoidal que se traduce en banco, dos cuerpos de cinco calles y ático de tres. En las tres calles centrales del retablo aparecen distintas esculturas, pero en las laterales se han utilizado los relieves. Los relieves del banco narran escenas de San Francisco de Asís ya que se cree que este santo anduvo por estas tierras. En la primera escena Cristo le ordena que construya un templo, sigue el prendimiento de Cristo y la imagen de San Bartolomé. Los otros dos relieves que representaban la cruz a cuestas y las tentaciones de San Francisco fueron robados en el año 1980. El primer cuerpo lo inicia la escena del martirio de San Vicente, le siguen las tallas de San Francisco de Asís, San Roque y el prendimiento de San Vicente. En el segundo cuerpo aparece el martirio de San Lorenzo, la escultura de este santo, la de un curioso San Vicente sentado, la de San Esteban y finalmente el cuerpo de este santo después de ser martirizado. Ya en el ático aparecen Santa Ana, el Calvario y Santa Quiteria. El retablo conserva la policromía original y el sagrario de la época. Como signo plenamente tardomanierista unos niños se recuestan sobre los tres frontones triangulares del remate.