El altar mayor de la magnífica iglesia de San Vicente de Labuerda, Huesca, alberga un bello retablo gótico dedicado a San Vicente Mártir de ricas pinturas y variados y vitalistas colores que hace relacionarlo con las pinturas que se hacían en Flandes en la Baja Edad Media y el Renacimiento en que posiblemente su maestro se inspiró. La figura de San Vicente preside el cuadro central del primer piso, sentado en un trono con la Biblia en una mano y una rueda de molino en un lado de su cadera. Se halla flanqueado por los santos Lorenzo, con tanta devoción en todo Aragón y que aparece delante de otro trono en el que no se sienta y se encuentra de pié sobre la parrilla de su martirio, y Santiago en su lado izquierdo, y por San Miguel vestido con una rica armadura dorada y calzas acero blanco, y una capa corta de raso en los hombros y una espada levantada en alto presta para descargarla para matar un diablo (de cabeza verde y pies de avestruz) que tiene bajo sus pies al que pisa y San Esteban en el derecho como figuras menores. Está datado a finales del siglo XV, 1474, y procede del taller del maestro aragonés Juan de la Abadía. El retablo contiene dieciséis tablas pintadas al temple distribuidas en dos pisos y cinco calles con remate escalonado y con banco o predela en su parte inferior donde se dispone un sagrario central, bajo el que se sitúan dos sotabancos o puertas en los extremos con las imágenes de San Pedro y San Pablo. En el segundo piso aparecen escenas narrativas donde se mezclan pasajes de la pasión de Cristo con otras del martirio de San Vicente. Queremos agradecer de corazón a los párrocos de Aínsa y de San Vicente de Labuerda su amabilidad por posibilitarnos la visita de esta magnífica iglesia y sus explicaciones.