Se desconoce en qué año fue erigida la parroquia de San Vicente de Almazán pero sin duda debe datar de los tiempos de su repoblación en el segundo cuarto del siglo XII. Esta sería la iglesia del barrio o collación de San Vicente , una de las diez parroquias y barrios que Almazán tuvo. Esta iglesia recibía donaciones de clases acomodadas que consistían casi siempre en ornamentos para el culto o para sus imágenes. En todo caso, la pertenencia a una u otra parroquia se daba por tradición familiar y no por demarcación territorial. De la época románica se conserva la cabecera y el arranque de las naves, teniendo tres ábsides de los cuales el central va precedido de un tramo recto y en este hay columnas pareadas con capiteles hoy destrozados. Los paramentos interiores debían estar decorados con pinturas tal y como aparecen en el muro norte, con tres escenas superpuestas que narran la vida de un Obispo. La estética alargada de las figuras nos remite al gótico de finales del siglo XIII. Hay que decir que todo el pavimento de la iglesia se encuentra repleto de sepulturas pues los fieles con mayor capacidad económica solían edificar capillas particulares adosadas a esta.
Desde finales del siglo XVII está documentada la celebración de la fiesta del Santo con una misa y procesión a las que precedían el día anterior una hoguera o luminaria en la plazuela que recordaba el martirio del Santo y siendo esta un costumbre muy extendida por toda Castilla. La pila bautismal que tenía se conserva en la actualidad en el atrio de la iglesia de San Miguel y existen elementos góticos, barrocos y neoclásicos como consecuencia de las sucesivas renovaciones. Muchas alhajas de la iglesia debieron ser saqueadas y desaparecieron también en la guerra de la Independencia. Pero todo este pasado esplendor declinó en el año 1902 cuando un Obispo suprimió todas las parroquias de Almazán excepto la de San Pedro y Santa María y dejó a San Vicente como un templo filial del primero. Hasta la Guerra Civil siguió abierta al culto pero cuando el Servicio Nacional del Trigo precisó el edificio como granero se utilizó de una forma tan burda que no se protegieron las obras artísticas que allí existían por lo que se deterioraron y desaparecieron. Así, respecto del arte mueble y ajuar de la iglesia no se conserva casi nada aunque los libros nos remiten a un pasado brillante y nos dan información de numerosas obras de arte que adquirió el templo. Finalmente en la década de los sesenta se abandonó definitivamente el edificio y la ruina se adueñó de este. Hoy se ha recuperado afortunadamente para la historia de Almazán como sede de un aula de cultura, al igual que la antigua Iglesia de San Vicente de Toledo, que fue inaugurada el 27 de julio de 1990 descubriéndose la placa de honor de dicha obra en presencia de gran parte del vecindario de la villa.
Desde finales del siglo XVII está documentada la celebración de la fiesta del Santo con una misa y procesión a las que precedían el día anterior una hoguera o luminaria en la plazuela que recordaba el martirio del Santo y siendo esta un costumbre muy extendida por toda Castilla. La pila bautismal que tenía se conserva en la actualidad en el atrio de la iglesia de San Miguel y existen elementos góticos, barrocos y neoclásicos como consecuencia de las sucesivas renovaciones. Muchas alhajas de la iglesia debieron ser saqueadas y desaparecieron también en la guerra de la Independencia. Pero todo este pasado esplendor declinó en el año 1902 cuando un Obispo suprimió todas las parroquias de Almazán excepto la de San Pedro y Santa María y dejó a San Vicente como un templo filial del primero. Hasta la Guerra Civil siguió abierta al culto pero cuando el Servicio Nacional del Trigo precisó el edificio como granero se utilizó de una forma tan burda que no se protegieron las obras artísticas que allí existían por lo que se deterioraron y desaparecieron. Así, respecto del arte mueble y ajuar de la iglesia no se conserva casi nada aunque los libros nos remiten a un pasado brillante y nos dan información de numerosas obras de arte que adquirió el templo. Finalmente en la década de los sesenta se abandonó definitivamente el edificio y la ruina se adueñó de este. Hoy se ha recuperado afortunadamente para la historia de Almazán como sede de un aula de cultura, al igual que la antigua Iglesia de San Vicente de Toledo, que fue inaugurada el 27 de julio de 1990 descubriéndose la placa de honor de dicha obra en presencia de gran parte del vecindario de la villa.