El interior es imponente por el sabio equilibrio de magnitudes y de una austeridad absoluta pues no existe figuración alguna como corresponde al estilo lombardo puro. Los soportes de los arcos formeros de medio punto son pilares cruciformes con pilastras adosadas. Por encima se abren grades vanos de medio punto aprovechando la menos altura de las naves laterales. La nave central se cubre con una espléndida bóveda de medio cañón reforzada por arcos fajones. La vida comunitaria alrededor del templo encabezada por un abad bajo la protección de los señores de Cardona se mantuvo hasta 1592, en que se reformó como colegiata secular. La posterior conversión del castillo en caserna militar obligó a los canónigos al abandono progresivo del recinto conventual hasta que, en el año 1794, se vieron forzados a dejar la iglesia definitivamente, transformándose ésta en almacenes. Fue declarada monumento nacional en el año 1931 y su aspecto actual se debe a la restauración iniciada en el año 1949.
martes, 4 de octubre de 2011
La Colegiata de Sant Vicenç de Cardona, obra maestra del románico lombardo.
El Monasterio de Canónigos Regulares Agustinianos situado en el Castillo de Cardona acoge a la iglesia de Sant Vicenç como la gran obra maestras del románico lombardo en Cataluña por su grandiosidad y equilibro de espacios, su orden y elegancia y su uniformidad. La iglesia de Sant Vicenç, ya documentada desde el año 980, se amplió y probablemente se reconstruyó alrededor del año 1019 bajo el impulso del vizconde Bermón, que llevó a cabo la reforma de la comunidad de clérigos que residían en la antigua iglesia con la aplicación del orden canonical. La Iglesia fue consagrada en el año 1040 como templo de un monasterio de de una comunidad regida por la regla canónica aquisgranense y ya en el año 1794 es convertida en Colegiata. Se trata de un magnífico templo de 50 metros de longitud y casi 20 metros de ancho y altura con una planta de tres naves de gran verticalidad rematadas en sendos ábsides y un breve crucero que no sobresale en planta. Los citados ábsides además de arcos y lesenas llevan vanos ciegos que hacen más atractiva su visión.