jueves, 2 de julio de 2009

De otros mártires que también llevaron el nombre de Vincentius en Hispania.


En los 18 primeros años del Imperio de Diocleciano (285-303) ,la estima por la fe y la religión cristiana estuvieron generalizadas y los mismos emperadores, aunque paganos, solían dar el gobierno de las provincias a los cristianos ya que hallaban en ellos fidelidad y respeto por las au­toridades constitui­das. Prueba de ello es que el virtuoso Doroteo ocupó el empleo de mayordomo mayor de su pa­lacio aún siendo cristiano . Así ,Diocleciano se mostró favorable a los cristianos mientras necesitó que Cantino, con el apoyo de los soldados cristianos, ocupara la Galia, requiriendo Dioclecia­no su apoyo para pelear contra los persas a quienes derrotó finalmente. Pero , cuando estuvo triunfante , determinó con Maximiano y Galerio la destrucción de los cristianos comenzando a perseguirlos encarnizadamente y destituyendo á todos los que ocupaban algún empleo en su palacio y dependencias.En todas las ciudades del imperio se llenaron las cárceles de cristianos, los cuales fueron ajusticiados en las plazas para escarmiento de los demás y ,como Hispania estaba sujeta al imperio, tuvo un papel protagonista de esta cruel persecución. Para este menester llegó Publio Daciano a Colibre-Colliure , cerca de Perpignan, como Prefecto y Cónsul de la Tarraconensis , enviado por los ya mencionados emperadores para ejecutar su Edicto persecutorio. El primer cristiano que le fue presentado fue Vicente, que se convirtió después en San Vicente de Colibre , y al cual en vano procuró apartar de la fe y atraer a la adoración de los dioses . Como quiera que le halló siempre firme a pesar de los varios tormentos con que juzgó le condenó a morir degollado y ofreció su cuello a la cuchilla del verdugo el día 19 de Abril del año 303. Su cadáver fue lanzado por el acantilado donde se levantó una capilla y cayó en una cavidad llamada “la balsa de la sangre” pues en ciertas épocas las aguas enrojecían debido a la coloración de algunas algas. Sus reliquias desaparecieron en el año 1642 y tiene un busto en la Iglesia de Nuestra Señora de los Angeles.
Fue tan cruel el odio de estos tiranos emperadores contra los cristianos que ,no contentos con quitarle las vidas después de tan bárbaros tormentos, hacían luego quemar cuantos escritos hallaban en su poder y que pudieran dar testimonio a los venideros de los santos mártires y sus hechos ilustres; por eso hay infinitos mártires gloriosos de quienes no han quedado más que los nombres, y de otros muy pocas noticias . Pero donde se intentó ocultar un Vicente mártir, aparecían otros gloriosos Vicentes, mártires españoles, como son nuestro San Vicente, levita y diácono de Zaragoza , primo del también martirizado San Lorenzo ; San Vicente de Ebora, mártir glorioso en Ávila, con sus hermanas Santa Sabina y Cristeta que en el año 306, durante la persecución decretada por Diocleciano, sufrieron martirio por negarse a firmar un documento en el que debían reconocer haber ofrecido sacrificios a los dioses romanos. Sus cuerpos fueron depositados en un hueco de la roca sobre la que más tarde se edificaría la magnífica Basílica de Avila en el S.XI. También el San Vicente, natural de Cimiez y martirizado en Gerona junto con Oroncio , su hermano , y Víctor en la misma persecución del emperador por evangelizar en los Pirineos ; Sin olvidarnos de San Vicente de León , también llamado San Vicente Abad , de la Orden de San Benito y Abad del Monasterio de San Claudio en León , al que se le rinde gran devoción en Latinoamérica y mártir célebre en el año 630 en tiempo de los godos por defender la divinidad de Cristo. Tiene una Iglesia dedicada en Panes. Y también San Vicente de Iberia o Cartaginense, que sufrió martirio junto a Leto en el año 253 en la actual localidad albaceteña de Lezuza , antigua Libisosa romana y paso de la Via Augusta y donde se dice que predicó San Pablo. En su Parroquia hay una pintura que rememora este martirio .
Pero vestido con espada romana y túnica de centurión, hay una figura inquietante de un San Vicente mártir romano, recostado y que hipnotiza al que entra en la heladora iglesia de Anuzita, un pequeño pueblo de Alava .La imagen , protectora de la localidad de Craco en Roma ,impresiona tanto que un cura dijo que le daba miedo y no quería celebrar la Misa el 22 de Enero . Esta reliquia, procedente de las catacumbas romanas, está en una gran urna de madera, a la que los vecinos le pusieron cristal, porque la gente se llevaba las piedras del traje. Esta reliquia llegó desde Roma en barco en 1784 comprada por un benefactor nacido en el pueblo. Pero , junto a los mencionados , seguro que otros muchos mártires Vicentes quedaron en el olvido ...