lunes, 15 de junio de 2009

De la importancia del Obispo Justiniano en la difusión del culto a San Vicente .


La importancia del Obispo Justiniano en la historia vicentina deriva del fundamental protagonismo que tuvo en la consolidación de la sede valenciana y por lo mucho que tuvo que ver en la difusión del culto vicentino por la gran veneración que sentía por él. Y es que de los tres traslados históricos del cuerpo de San Vicente (La llegada a Cullera, el traslado a San Vicente de La Roqueta y el último traslado en el siglo VI a la entonces sede catedralicia ) el Obispo promovió la última.
Lo cierto es que se ha documentado el complejo episcopal de entonces como un conjunto compuesto por catedral, baptisterio y una capilla funeraria en la parte oriental del ábside de planta de cruz conectada con la catedral de época visigoda por un arco de acceso. Esta capilla fue construida por el Obispo para ser enterrado allí al lado de su venerado mártir (inde ad eclessiam matrem sanctus vincentis consecratur altario) como demuestra su epitafio de tipo laudatorio conservado en un manuscrito del siglo VIII en la Biblioteca Nacional de París. En medio del crucero de la capilla se encuentra una tumba con los restos de un cuerpo de unos 55 años de edad ,que murió sobre el año 560 según la datación radiocarbónica realizada, y que bien podría ser el del Obispo. Tanto el baptisterio como la capilla funeraria aún estaban en pie en el medievo y sobre el brazo norte de esta se construyó una capilla (conocida hoy como cárcel de la Almoina) y de la que ya se hace mención en el “Llibre del Repartiment” cuando figura una donación referida “a unes cases de San Vicent”. Ello prueba que en tiempos de Jaume I no se había perdido memoria de los lugares vicentinos aunque hubiesen sido ya desafectados.
De Justiniano no es mucho lo que se conoce pero si que fue el primero de los Obispos conocido de la sede valenciana , aunque es posible que hubieran otros con anterioridad, que fue nombrado en Toledo por Montano en el año 527 y que data de la primera mitad del siglo VI. También se sabe que celebró un Concilio provincial en Valencia en el año 546 al que asistieron siete Obispos , en época del rey Teodosio, y del cuál se conservan las actas. San Isidoro de Sevilla nos dice que fue un gran instructor de religiosos y que tuvo tres hermanos (Justo, Elpidio y Nebridio) que también fueron obispos de la Tarraconensis en las ciudades de Huesca , Tarrasa y Urgel. Falleció en el año 548 con 50 años de edad. Su figura es el prototipo de los obispos de la época pues perteneció a una gran saga sacerdotal y accedió a la cátedra de Valencia por su rico patrimonio personal que puso a disposición de la Seo y del culto a San Vicente. Así se hizo con el control de las reliquias y del culto martirial que fueron la llave de su poder y prestigio personal. Por otro lado destacó su elocuencia como orador y sus provechosos escritos, que se cree fue Abad de la Roqueta pues en su epitafio se dice que uno de sus grandes méritos fue el de haber servido tan provechosamente allí y que fundó y construyó numerosos monasterios de monjes como el mencionado de Cullera y restauró asimismo antiguos templos. Prueba de ello es la inscripción que se halla en el Museo de San Pío V que habla de la restauración de un templo por Justiniano . Señalar que los restos de San Vicente en la Catedral se alargaron probablemente hasta las persecuciones devastadoras de Abderramán I en el año 778 . El lugar donde fueron después forma parte de las incógnitas de la historia … ¿Lisboa , Castres , Capua ... o nunca salieron de Valencia ?...