lunes, 7 de julio de 2008

El simbolismo de San Vicente en la conquista del Reino de Valencia por Jaume I.


Cuando se cumple el 800 Aniversario del nacimiento de una figura histórica tan importante para nuestro Reino de Valencia como fue el Rey Jaume I el Conqueridor, conviene hacer una mención a la importancia simbólica que San Vicente Mártir tuvo en la conquista de la ciudad . Y es que Jaume I estableció su primer asentamiento en el arrabal de Ruzafa (Rayosa) en las incursiones que realizó en el asedio de la ciudad, encontrándose con los diversos lugares asociados a la memoria de San Vicente y que no se perdieron en los más de 500 años de dominio musulmán (711 – 1238). Este primer Real se estableció en las inmediaciones de la actual Iglesia de San Valero y que elevó a Parroquia en el año 1239 al recordar allí la estancia del Obispo Valero. Hay que mencionar las profundas convicciones cristianas del Rey que hicieron que el Obispo de Albarracín, Don Ximeno, celebrara Misa en San Vicente el mes de Mayo anterior a la conquista y que el Rey acudiera todos los días para escuchar Misa en la Torre de la Roqueta durante el sitio de Valencia. Además este fue el primer lugar ocupado por Jaume I en la conquista de la ciudad . No en vano, en un Real Despacho de 1239 manifestaba lo siguiente : “creemos que nuestro Señor Jesucristo mediante las preces de San Vicente redujo a nuestra obediencia a la ciudad y al Reino de Valencia” y desde aquellos años Valencia y alrededores tienen al mártir como su patrón. También su sucesor Pedro “El Ceremonioso” celebró el primer centenario de la Reconquista con la primera Procesión que tuvo su final en la Roqueta y que fue el precedente del 9 de Octubre "con una processó general, la cual partirá de la Seu e irá a la esglesya del benaventurat mártir San Vicent per fer laors y gracies de la dita victoria" . También emulaba así el ejemplo de sus antecesores que , desde Alfonso I “El Batallador”, consideraron un feudo espiritual el conjunto vicentino. Y es que Jaume I hizo empedrar el trayecto que recorrió el cuerpo ensangrentado de San Vicente desde la Plaza de la Figuera hasta la Plaza de la Leña con losas azules y durante algún tiempo el conjunto de la Roqueta gozó de inmunidad eclesiástica, siendo que los perseguidos que fuesen sorprendidos allí gozaban de privilegios especiales (acogimiento a sagrado). "La magestat el señor rey Don Jaume I ordená i maná que ningú de sos oficials entre en la casa de Sant Vicent , ni en lo Hospital casa de dit monastir , ni en lo lloch ahont Sant Vicent fonch posat en torment , ni en altre lloch , ni termens de dit monastir".Así , gracias a Jaume I, el recuerdo del sepulcro quedó perpetuado y ya en 1232, antes de la conquista, el Rey dispuso una especial protección a la Iglesia de la Roqueta para cuando la poseyese pues daba cobijo espiritual a los mozárabes valencianos, donándola al Monasterio de San Victorián de Asan. Hay que hacer notar que anteriormente su padre, Pedro II el Católico, había ratificado la donación a los monjes benedictinos de San Juan de la Peña. También concibió Jaume I desde el Puig en 1237 un proyecto de restauración del monasterio que confió a la orden Benedictina de Santa María de la Grassa, del Languedoc francés, para convertirlo en un conjunto compuesto por Iglesia secular, hospital para pobres y peregrinos que perduró hasta el año 1512 y Monasterio, solicitando al Papa Gregorio IX un patronato y protección que fue concedido por bula en 1239. Todo esto demuestra la convicción del Rey de que lo sencilla que fue la conquista de Valencia se debió a la protección de San Vicente y esto hizo que quisiera proteger el conjunto. Por eso, cuando cayó Valencia ,se fortificó el conjunto de San Vicente para protegerlo de las incursiones musulmanas y ,tanto al complejo como a las construcciones sueltas de las tierras adyacentes , el Rey dio en 1261 desde Montpellier un derecho de asilo que solo había dado a la Catedral. Esta situación la complementó con una obra social rara en la época; la de los “pensionados de la corona”, que consistía en dar alojamiento, alimento y vestido a los funcionarios jubilados hasta el momento de su muerte. Y a mayor abundamiento realizó una donación de todos los elementos litúrgicos y religiosos de su capilla para el conjunto de la Roqueta.O tro ejemplo del fervor e importancia del conjunto nos la recuerda el Capítulo XXIII de la Crónica de Ramón Muntaner que nos cuenta que en la visita que a Jaume I hicieron su hija Doña Violante y su yerno Alfonso X, como Reyes de Castilla, se hicieron festejos, batallas de naranjas y juegos varios, y después de todo ello no se fueron al Palacio Real sin antes haber ido a orar a la Iglesia de San Vicente. Decir como curiosidad que el último soberano del Reino moro de Valencia , Zeid Abu-Zeid, trocó su nombre al bautizarse y asumió el del gran santo Vicente...