El amigo e historiador valenciano Francisco José Soriano sostiene que una
piedra que se conserva en la Parroquia Cristo Rey de Valencia, primitiva
basílica sepulcral del santo, podría ser parte de la rueda de molino o
"muela" a la que fue atado San Vicente Mártir cuando fue tirado al
mar tras ser torturado y muerto en el año 304, por orden del prefecto romano
Daciano, para hacer desaparecer su cuerpo.
Esta es una piedra caliza de forma rectangular, labrada por una de sus caras
con relieves e inscripciones alusivas a San Vicente Mártir, con una hendidura
en su parte superior y diversas irregularidades. Además, la parte frontal
presenta un área rectangular con una representación de un aspa en el centro y una
rueda de molino situada a la derecha en altorrelieve. Igualmente, la muela
tiene grabada en letras capitales "año 1642" y "en esta piedra
estigve ligat sen Vicent Martir". Sostiene que en ese año de 1642 se
decidió dividir la reliquia de la "muela" para ser empotrada en algún
lugar de la iglesia, dejando memoria de su origen. Si se tratase de un
fragmento de la rueda de molino por la inscripción que contiene, quien la mandó
tallar tenía el convencimiento de que procedía de la usada para lastrar el
cuerpo de San Vicente Mártir. Tras la desamortización y la destrucción de la
cabecera del templo en 1837 la piedra apareció años después en la fachada de
una vivienda situada en el barrio de Russafa, a donde sería llevada por algún
vecino de la iglesia. También se cree que una novicia del Convento de las
oblatas del Santísimo Redentor de la localidad valenciana de Alaquàs extrajo la
muela de la fachada y la llevó al convento en el año 1892. La superiora del
convento la colocó en el huerto como pedestal de la imagen del Corazón de Jesús
y un siglo más tarde fue donada a la parroquia de Cristo Rey que la colocó en
un armazón de hierro en la entrada del templo y actualmente situada en el
presbiterio de la parroquia.