domingo, 30 de junio de 2013

San Vicente y San Juan Evangelista en una tabla portuguesa de curiosa iconografía.

En el Museo de Arte Antiga de Lisboa se encuentran representados conjuntamente San Vicente y San Juan Evangelista en un retablo de madera de autor anónimo, óleo sobre tabla del S.XVI de la escuela portuguesa. Ambos santos dirigen su mirada hacia el suelo de forma enigmática. San Vicente viste dalmática verde de bello tejido brocado. Lleva en su mano derecha una barca como elemento iconográfico vicentino típicamente portugués, de un tamaño enorme en comparación con los demás atributos, y en su mano izquierda el libro.

Llama poderosamente la atención un pequeño dragón que emerge del cáliz que porta en su mano San Juan Evangelista. Cierto es que solemos ver representado a San Juan con un águila o, incluso, con un caldero de aceite hirviendo o con una palma. Pero la verdad es que uno de sus atributos más repetidos en el arte desde el siglo XIII es un cáliz con un dragón que sale de su interior. San Juan Evangelista con un dragón saliendo de una copa alude al episodio en el que el sacerdote Aristodemo le desafió a beber veneno de la ponzoña; el santo se santiguó antes de beber, neutralizando así el poder del veneno. El dragón es así el símbolo del veneno que, según la Leyenda Áurea, bebió para demostrar la verdad de su predicación.