De los elementos de orfebrería más impactantes resaltaría los tres bustos-relicario que representan a San Valero, San Vicente y San Lorenzo en la Seo de Zaragoza. Estos, como grandes santos aragoneses, se encuentran en un monumental retablo que llena el frente de la capilla mayor y que es una pieza capital de la escultura gótica europea. En el banco del retablo mayor, su parte inferior, encontramos siete huecos de desigual tamaño que alternan cuatro relieves con escenas de los santos mencionados con tres hornacinas vacías destinadas a acoger estos bustos-relicario. Esta disposición tan original convierte esta parte del retablo en un expositor de reliquias de los santos presentes en el altar. Nos dice la historia que estas magníficas obras de arte fueron regalos del Papa D.Pedro de Luna, conocido como Benedicto XIII, fechadas en 1397 y labradas posiblemente en la zona de Avignon. Estas destacan por su realismo y perfección, así como por sus esmaltes, teniendo precedentes en la forma de realizarse en la orfebrería italiana. Estos tres bustos llegaron a Barcelona en noviembre de 1405 y pasaron a la iglesia metropolitana de Zaragoza en el año 1406 acompañados de una cuarta , hoy perdida, destinada a alojar el cráneo de Santa Engracia en el Santuario de las Santas Masas. Posteriormente, entre el 1448 y el 1452, el artista Francisco Agüero le dio al de San Valero su configuración actual con alguna reforma.
El busto de San Valero presenta además el escudo de la casa del Papa donante con la tiara papal que aparece en la peana de su base y su regalo fue hecho en un viaje que hizo a Aragón en el año 1397, tres años después de ser nombrado máxima autoridad de la Iglesia y mucho antes de que fuera declarado hereje y antipapa. El resultado son unas espléndidas esculturas realizadas en plata sobredorada y encarnada, decoradas con esmaltes y pedrería por lo que transmiten gran realismo por ser un trabajo muy detallado. Pero lo más singular que vamos a encontrar es que el busto de San Valero presente en el altar mayor de la Seo, en la hornacina central encima de la predela, es el fiel retrato de Benedicto XIII, verdadero retrato del Papa Luna que ayudó además decisivamente en la construcción del cimborio de la catedral. Este fue nombrado Papa en el año 1394, ya en la sede de Avignon, y lo fue hasta 1420 ya que en ese año Roma había desautorizado a Benedicto XIII que trasladó su sede a España. Murió en el año 1423 en Peñíscola a los 96 años de edad, a donde había mudado su sede Papal, en el antiguo castillo de Peñíscola de la Orden del Temple.