En una de las salas del Museo Catedralicio y diocesano de Valencia, la dedicada al manierismo renacentista, destacan las dos bellas y antiguas puertas del transagrario del altar mayor de la Catedral que representan a San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer, óleos sobre tabla del conocido como Maestro de Alzira. Este autor, a caballo entre los siglos XV y XVI, fue también autor de las tablas de la iglesia de San Agustín de Alzira. San Vicente Mártir, que adopta una pose serena con su rueda, libro y palma, viste una bella dalmática en la que destaca sin duda la figura de los apóstoles San Pedro y San Pablo. En el año 1936 fueron retiradas de ese lugar y ya no volvieron a su anterior ubicación. El Museo Arqueológico Diocesano de Valencia, precedente de nuestro actual museo, fue constituido a finales del año 1922 por iniciativa del Cardenal Enrique Reig Casanova, que deseaba reunir las obras dispersas por la diócesis en una colección organizada y accesible al público.