martes, 15 de abril de 2008

La leyenda de San Vicente en las melancólicas tierras lusitanas de la vieja Portugal.


Tras la Batalla de Guadalete, en la que pereció Don Rodrigo, y con la dominación goda, los árabes ocuparon toda la Península excepto las montañas de Asturias y del Sobrarbe. También Valencia fue dominada por los sarracenos, como el resto de España, y el Califa de Córdoba, Abderramán I , decretó que fueran convertidas en mezquitas árabes todas las iglesias de los cristianos y se hicieran desaparecer las reliquias de sus santos para evitar su cierta profanación y rapiña.
Los cristianos que en el 780 habían quedado en Valencia vivían todos reunidos en un barrio que rodeaba la Iglesia que conservaba el cuerpo de San Vicente Mártir. Alarmados ante el decreto del Califa, se reunieron en busca de los medios necesarios para burlar aquella orden y poder continuar sus practicas religiosas, poniendo a su vez a salvo el cuerpo del mártir . Así que decidieron emigrar y se embarcaron junto con algunos monjes y algunas familias con la santa reliquia para , bordeando las costas españolas , viajar hacia Asturias donde libremente podrían poner en práctica sus creencias. Así navegaron por el Mediterráneo y llegaron hasta el Atlántico en la bella zona del Algarve , cuando se acercaron a una gran montaña que entraba en el mar y que era conocida por los marineros con el nombre de Promontoriun Sacrum, el punto conocido más al Oeste de la tierra donde el nacimiento del sol hacía hervir el agua y de donde deriva el nombre de Sagres. Y los cristianos lo bautizaron con el nombre de Cabo de San Vicente por haber pasado el cuerpo del santo tan cerca de él . En aquel momento una gran sacudida les convenció de que habían embarrancado y llegaron a la costa. Exploraron la tierra por si también estaba dominada por los moros pero no encontraron pruebas de ello y erigieron allí un santuario donde venerar la reliquia del mártir y su imagen y formaron un poblado al que dieron el nombre de San Vicente. Este lugar , que las crónicas árabes citan como la Iglesia de los Cuervos (Igreja dos Corvos) , actual Vila do Bispo , fue objeto de peregrinaciones durante siglos para visitar los restos del santo y en concordia vivieron durante varias generaciones seguramente por algún tratado de paz con los moros vecinos que ocuparon el Algarve y toda la costa occidental lusitana . Así conservaron su fe y dieron culto al santo hasta 1112, en que , hostigados los musulmanes por el rey de Portugal Alfonso Henriquez , entraron en el poblado de los cristianos al mando de Habul Hacen, llevándose cautivos a todos los cristianos de San Vicente y arrasando el templo y sus viviendas.
Cincuenta años más tarde, tras varias victorias sobre los sarracenos, el rey de Portugal Alfonso Henriquez conquistó Lisboa, antigua Olisipo ,y algunos cristianos cautivos que se hallaban entre los prisioneros árabes revelaron al rey dónde habían sido enterrado los restos de San Vicente. El rey decidió rescatar la reliquia y llegó a las ruinas del templo, donde vio varios cuervos posados sobre el sepulcro que los cristianos habían construido en una bóveda subterránea. Allí tomó el santo cuerpo y lo trasladó a la nave, volviendo con él a Lisboa, acompañado siempre de los cuervos que custodiaban el sepulcro y que dieron origen a las armas de la ciudad lusitana que aparecen en su escudo. Desde entonces en Portugal a los cuervos se les llama "vicentes" .San Vicente así es patrón (padroeiro) de la capital portuguesa (civitatis ulissiponensis protector) junto a San Antonio y también de otras localidades , habiendo dejado allí su impronta sólida. Su cuerpo fue depositado en la Iglesia Mayor (Sé Catedral) en un sarcófago mientras se construía el templo de San Vicente de Fora en 1173 en el Largo de São Vicente del castizo barrio de Alfama. Esta Iglesia debe su nombre a que se levantó para celebrar el acontecimiento fuera de las murallas de la ciudad. Esta es la historia tal y como la cuentan en Portugal , testimoniada en ocasiones en los típicos azulejos portugueses y por ello aquí la reproducimos. Asimismo decir que existen alrededor de 150 Igrejas, Ermidas y Capelas dedicadas al santo que catalogaremos en artículos posteriores , que es el patrón de los marineros y los ladrilleros y que hemos encontrado una web portuguesa donde se profundiza en la figura del santo en aquellas tierras.