Esta tabla que representa el martirio de la parrilla en el Museo Jacinto Rigaud de Perpignan forma parte de un retablo desmembrado de la primera mitad del S.XV del que se conocen otros dos destinos: Unas tablas representando las escenas del juicio a San Vicente, del destierro a San Valero y del fallecimiento del santo en el MNAC de Barcelona y otro episodio del mártir del santo en la Colección Fiocca en París. La crítica se pone de acuerdo para atribuir estas obras al taller de Marçal de Sax, autor de origen germánico conocido del 1393 al 1410 por su importancia en la vida artística de Valencia. Esta obra, y otras relacionadas, demuestran una inspiración inagotable y narrativa y una violencia casi expresionista, incluso caricaturesca, que refleja bien el arte germánico del tiempo. Con Marçal de Sax, un mundo nuevo de formas y de sentimientos penetra en Valencia. La importancia de esta semilla en la pintura española no ha sido aún bastante valorada. Otros autores la atribuyen a Miguel Alcañiz que tiene otra tabla del santo en la Hispanic Society de Nueva York.
domingo, 10 de marzo de 2013
Las tablas desmembradas del retablo de San Vicente de Marçal de Sax.
Esta tabla que representa el martirio de la parrilla en el Museo Jacinto Rigaud de Perpignan forma parte de un retablo desmembrado de la primera mitad del S.XV del que se conocen otros dos destinos: Unas tablas representando las escenas del juicio a San Vicente, del destierro a San Valero y del fallecimiento del santo en el MNAC de Barcelona y otro episodio del mártir del santo en la Colección Fiocca en París. La crítica se pone de acuerdo para atribuir estas obras al taller de Marçal de Sax, autor de origen germánico conocido del 1393 al 1410 por su importancia en la vida artística de Valencia. Esta obra, y otras relacionadas, demuestran una inspiración inagotable y narrativa y una violencia casi expresionista, incluso caricaturesca, que refleja bien el arte germánico del tiempo. Con Marçal de Sax, un mundo nuevo de formas y de sentimientos penetra en Valencia. La importancia de esta semilla en la pintura española no ha sido aún bastante valorada. Otros autores la atribuyen a Miguel Alcañiz que tiene otra tabla del santo en la Hispanic Society de Nueva York.