sábado, 10 de noviembre de 2012

La tabla de San Vicente procedente del Legado Bosch del Museo del Prado.

Existe en el Museo del Prado un legado de obras de arte que realizó en el año 1915 Pablo Bosch i Barrau. Este fue un hombre dedicado a las finanzas que destinó gran parte de su cuantiosa fortuna a la adquisición de unas obras de arte que fue reuniendo basándose en su propio criterio artístico y asesorado en ocasiones por su primo, el pintor Laureano Barrau. Una de estas obras es una tabla representando el Martirio de San Vicente, de autor anónimo y del primer tercio del S.XV. En ella observamos cuatro escenas representando en la parte superior dos escenas de su martirio y en la parte inferior dos escenas del hallazgo de su cuerpo. En ella destaca sin duda el conocimiento del autor de la azulejería valenciana y el conocimiento de los parajes de la Corona de Aragón y, en concreto, del Sinus Sucronensis de Cullera. La estética que muestra es la de tipos frágiles y elegantes en un modelo miniaturista. Resalta en él un cierto goticismo primitivista por representar varias escenas en el mismo cuadro a pesar de enclavarse la obra en un Renacimiento que se muestra en un tono melancólico y que contrasta con la alegría imperante en sus obras contemporáneas.